19 dic 2012

Perfumes que te hacen viajar

De todos los productos existentes los anuncios más llamativos son los dedicados a los perfumes. Y no es casualidad, ¿cómo podemos vender un olor?, ¿cómo significar un estímulo olfativo? A lo largo de la historia los publicistas han tenido que idear numerosas estrategias para conseguirlo, ya quedan lejos los días en que se aplelaba a la valoración práctica de la higiene, las imágenes de mujeres saliendo de la ducha y el tratar al producto como un mero objeto que satisface una necesidad básica.
 
Hoy en día la publicidad en general es más emocional y los perfumes intentan despertar otras necesidades del individuo, por lo que a menudo, las estrategias van dirigidas a las aspiraciones del ego. A través de la estética, el placer, el poder o incluso los mitos, el consumido construye simbólicamente un puente imaginario entre el mundo real y un mundo posible y por lo tanto, asocia el consumo del producto a la satisfacción de esas necesidades y aspiraciones.
 
Estas pautas se cumplen a la perfección en el anuncio de Viaje a Ceylán, el último perfume de Adolfo Domínguez. El protagonista del spot (Eduardo Noriega) necesita romper con su vida actual, sentirse libre y embarcarse en una aventura para autorrealizarse. Esta necesidad es la que le impulsa a realizar un viaje a Ceylán, un viaje en el que se producirá un encuentro y se desatará la pasión.
 
Pero además el perfume en sí mismo podría se una propia campaña publicitaria de esta isla del Océano Índico, ya que se inspira en las sensaciones olfativas que produce esta tierra, como las especias (clavo, cardamomo, canela, vainilla) y las maderas orientales (teca, caoba, ébano), que según asegura la propia firma, transportará al consumidor a este país exótico, espiritual y remoto.
 
Todo esto se le muestra al consumidor, o en este caso espectador, a modo de tráiler de película, lo que hace al anuncio más original. No es la primera vez que se utiliza esta estrategia, ya fue utilizada por ejemplo, en el espectacular spot de Chanel Nº5 protagonizado por Nicole Kidman y filmado por Baz Luhrmann (director de Moulin Rouge y Romeo + Julieta). Pero en esta ocasión el efecto de tráiler se hace más creíble, sobre todo porque en este caso, la agencia de publicidad Feel de Brand ha sabido mantener el suspense hasta el final, a diferencia del anuncio de Chanel, en el que el logotipo de la marca era visible desde el primer segundo.
 
En esta campaña han cuidado hasta el último detalle. El embalaje del perfume es naranja, como el sol de Ceylán sobre la tierra, tiene un toque rugoso y en él aparece un mapa. El envase recuerda a un antiguo tintero, para escribir cartas o notas de viaje. Incluso la publicidad gráfica del producto se basa en un auténtico cartel cinematográfico con Eduardo Noriega en primer plano.
 
En definitiva, una campaña bastante completa, aunque si tuviera que ponerle un pero sería la escasa activida en redes sociales, con el juego que podría haber dado un sorteo de un auténtico viaje a Ceylán.